Hizo también un gran esfuerzo para consolidarse como Profesor Titular de Medicina, consiguiendo tras una brillante prueba de habilitación, una plaza en nuestra Universidad Autónoma
hace ahora 6 años. Durante los casi 3 años que ha durado su enfermedad, nos ha dado un ejemplo increíble. Nunca expresó las más mínima queja y continuó con una dedicación see more asombrosa a su tarea asistencial e investigadora hasta hace pocas semanas, lo que ha dejado en todos nosotros una admiración y una huella profundas. Supo también compaginar su trabajo intenso y a menudo sin horario con una dedicación ejemplar a su extensa familia y en especial a su esposa May y a sus hijos Joan y Valentina. Tenía una especial ilusión en las semanas de verano pasadas en Menorca con gran parte de su familia y que son una tradición desde hace años, solo interrumpida el año que dedicó sus vacaciones a una ONG en Bolivia. Entres sus aficiones estaba el remo, del que era junto con su padre un gran practicante, y la música clásica en especial la ópera. Nos ha dejado físicamente, echaremos de menos su sonrisa esbozada con un rasgo de timidez, se nos va a hacer muy extraño no verle sentado a la cabecera de sus enfermos pasando visita o frente al ordenador hasta muy selleck chemicals avanzada la tarde, pero su recuerdo continuará en todos los
que de una u otra manera hemos sido testigos de su vida ejemplar como médico y persona. Hasta siempre Joan “
” Luis Micieces. Luis Micieces con los miembros de la junta y la fundación de AEG en el año 2009. El pasado 8 de julio se marchó Luis Micieces. ifenprodil Desapareció, como lo había hecho antes muchas veces. Sin que casi nos enterásemos. Pero volvía a aparecer en la siguiente reunión o en el siguiente congreso. Un poco más delgado, aún más delgado, pero aparecía. Esta vez no le volveremos a ver, aunque seguirá por allí organizándolo todo, «al pie del cañón», para que nada se desmadre «si no controlas, esto es un cachondeo». Todos conocíamos a Luis Micieces. Ese Señor tan delgado que
no dejaba de moverse y de gesticular durante nuestros congresos de la AEG. Pero Luis fue mucho más que la parte organizativa de nuestras reuniones. Nos prestó su apoyo cuando AEG no era más que la semilla de lo que somos ahora. Vivió la AEG como algo personal, como un socio más. Nos prestó su ayuda mientras una enfermedad digestiva (paradojas del destino) se lo llevaba poco a poco sin que nosotros pudiésemos ayudarle. Pero Micieces no se lo puso fácil a la acalasia (operada y requeteoperada) y luchó contra ella durante 37 años, como lo hacía siempre contra las adversidades. Luis nació en el año 1936, quizá como presagio de que las cosas no iban a ser fáciles y que habría que pelear para llegar a ser alguien. Se hizo a sí mismo cuando el momento histórico y la situación económica no eran las más propicias. Por si fuera poco hizo «la mili» en la legión.